Lo que cambia y lo que no cambia: una entrevista con Dzongsar Khyentse Rinpoche

Dzongsar Khyentse Rinpoche es un excepcional maestro budista y director de The Cup, quizás el primer gran largometraje tibetano. Él es plenamente moderno y está profundamente interesado en el tema de la corrupción del dharma. En esta clásica entrevista con su alumna, Kelly Roberts, en el año 2000, él reta a los budistas occidentales a sostener las verdades incambiables del budismo dejando ir las trampas y los adornos culturales. Muy a menudo, dice, hacemos lo opuesto. 

Dzongsar Khyentse Rinpoche16 May 2022

Kelly Roberts: Sólo quiero decir que tu película, The Cup, me recordó muchísimo a ti, particularmente cuando la Coca Cola se puede disolver en un Manjushri.

Dzongsar Khyentse Rinpoche: De verdad.

Kelly Roberts: En muchos momentos de tu película, reemplazas objetos tradicionales con objetos modernos. Por ejemplo, los cuencos de ofrendas en el altar son reemplazados por latas de coca cola y las banderas de plegarias en el techo del monasterio son reemplazadas por una antena parabólica. Me pregunto por qué hiciste esto, ya que usualmente te preocupa mucho que se corrompa la tradición budista. 

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Esto es algo que quiero decirles a mis colegas tibetanos y butaneses -que la tecnología moderna no es una amenaza al multi nombrado budismo tradicional. Su sociedad apenas está siendo expuesta al mundo del fax, el teléfono y el Internet. Quizás se sientan incómodos con el cambio, pero el hecho es que ya no podemos ir a ningún lugar donde no haya tecnología moderna. 

No podemos evitar a la tecnología -está tocando a nuestra puerta, si no es que ya está dentro de la casa. Así que en vez de dejar que estas cosas nos influencíen, la manera de responder con inteligencia es hacer uso de su poder y velocidad -ser la influencia, más que el influenciado. Podemos usar el teléfono, la web y la televisión para enseñar, en vez de dejar que nos enseñe. Podemos usar su poder y su velocidad. 

Para mí, el cine puede ser una thangka moderna.

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Cada cultura tiene un modo diferente de contar sus historias. Yo sentí que quizás sólo debería contar una historia de un modo tibetano. 

Kelly Roberts: ¿Ese sería tu modo de enseñar?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: No, para nada. El budismo tiene una larga tradición usando imágenes para representar la sabiduría y la compasión. En su historia de 2,500 años, podemos ver que el budismo ha adoptado muchos métodos para expresar el dharma -a través de la pintura, la escultura, la arquitectura y las artes performáticas. Estas existieron incluso durante el tiempo del Buda. El Buda mismo en el Vinaya Sutra discute cómo pintar los cinco reinos y los doce eslabones interdependientes que vemos en la rueda de la existencia cíclica. Así que hay una muy antigua tradición en el budismo de usar imágenes, y el cine puede hacer eso también. ¿Por qué no? Para mí, el cine puede ser una thangka moderna.

Kelly Roberts: ¿Cómo?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Bueno, ¿qué es una pintura de thangka? Es una ayuda para tu práctica de visualización. Del mismo modo, una película puede ayudar a la visualización, quizás incluso de un modo más efectivo. Por ejemplo, si quieres mostrar cómo son los reinos infernales, una película puede hacerlo mucho mejor que una simple pintura. 

Kelly Roberts: ¿No te preocupa a veces que con la modernización se pierdan ciertos aspectos de la tradición antigua?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Mientras que la visión fundamental del budismo no se pierda, no hay problema. Por razones sentimentales podríamos tratar de preservar los aspectos tradicionales tanto como nos sea posible, pero en algún momento van a cambiar. No olvidemos que las tradiciones y costumbres que estamos tratando de preservar hoy alguna vez fueron modernas y progresivas.

Kelly Roberts: En la película, el Abad escribe acerca de su deseo de que, “Nyima y Palden van a continuar manteniendo las enseñanzas del Buda de acuerdo a los tiempos modernos”. ¿Qué estás tratando de decir con eso?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: No significa que van a cambiar la visión fundamental del Buda. Esa nunca debe ser cambiada. He conocido a personas en el Occidente que están excesivamente apegadas a las formas y adornos del budismo. Hay todo este apego sentimental a los vestuarios y la cultura tibetana, y la visión real del budismo pasa desapercibida. De hecho, he escuchado que en el crear el llamado “budismo americano” algunas personas dicen, “Okay, quizás la visión del Buda debería ser cambiada, ahora que el budismo está en América”. Eso no está bien. 

Yo preferiría que los americanos realmente se alinearan con la visión del Buda: la vacuidad de la existencia inherente, que todo lo compuesto es impermanente y demás. No importa si dejan fuera a la cultura tibetana.  Lo que es verdaderamente importante es que acepten el dharma. No se deberían preocupar en tratar de diseñar algo que se amolde mejor a los americanos. El Buda era un ser omnisciente. Lo que él dijo está bien para todos los seres sintientes, y eso nos incluye a nosotros, 2,500 años después. No se necesita nada adicional. 

¿Crees que alguien se podría iluminar jugando futbol?

He visto occidentales vistiendo chubas y presumiendo sus malas. Pero pienso que entre más hace eso la gente, más se olvidan de la esencia, el punto real de las enseñanzas del Buda. ¡Es impresionante cuán ansiosas están algunas personas por adoptar lo que no es esencial, y dejar a un lado lo que sí es esencial!

Kelly Roberts: Me sorprendí de que el Abad fuera a decir algo así, dado que él está tan apegado a su tierra natal y a sus tradiciones, y no entiende mucho de las modalidades modernas. 

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Aunque muchos de estos maestros tibetanos viejos y experimentados están apegados a su tierra natal, y quizás parezcan rígidos, debajo de tal rigidez hay apertura. A veces es muy sorprendente ver a ciertos lamas incorporando modos de vida modernos en el pensamiento budista antiguo, especialmente cuando conoces a los tibetanos. Los tibetanos pueden tender hacia una mente estrecha, al racismo. Tienen tal complejo de superioridad. Algunos de ellos son como misioneros que van a otros países y exigen que la gente nativa aprenda de su cultura. Pero al mismo tiempo, hay maestros como Chögyam Trungpa Rinpoche, quien creó dentro de la sabiduría y el linaje tibetano un espacio para acomodar los modos de enseñanza japoneses, franceses, ingleses y americanos. 

Kelly Roberts: Dices acerca de los monjes en la película que el budismo es su filosofía y el fútbol es su religión. ¿Crees que alguien podría iluminarse jugando futbol?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Nunca se sabe. Quizás. Algunos de los santos del pasado, los mahasiddhas, lograron la iluminación diciendo mentiras o tocando flautas. Así que si conoces al maestro correcto, y si tienes el mérito, ¿por qué no?

Kelly Roberts: Dado que estás en el mundo del cine, parece que te has vuelto muy famoso y en parte estás viviendo en la cuna del lujo. ¿Te estás apegando a esto?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Muchísimo. ¡Realmente me estoy yendo en picada! Me estoy apegando más y más a esta vida comfortable. Incluso una pequeña semilla de ajonjolí en mi cama me molesta. Yo solía viajar en camiones en la India, dando de tumbos durante toda la noche con la música ruidosísima de películas hindúes, y aún así lograba hacer muchas cosas la siguiente mañana. Últimamente, quizás esté manejando una limusina, pero cuando las cosas van mal, me irrito mucho. Por eso pienso que me tengo que encerrar en un retiro en algún lugar remoto de la India. 

Desde mi perspectiva impura, me parece que muchos otros Rinpoches parecen estar en el mismo camino también. Están demasiado apegados a su vida de comodidades. La vida de simplicidad parece ser menos y menos importante y una vida de distracción parece estarse volviendo más y más popular. 

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Kelly Roberts: ¿Te cansas del samsara?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: No, no, estoy muy enamorado del samsara, no estoy cansado para nada. Bueno, quizás un poquito, gracias a años y años de estar predispuesto a ello cuando era más jóven. La impermanencia y la futilidad del samsara vienen a mi mente de vez en cuando. Pero sólo vienen por nueve segundos, y luego desaparecen por otros nueve meses. 

Kelly Roberts: Siempre nos has dicho que de los ocho dharmas mundanos tienes la mayor debilidad por los elogios. ¿Cómo has manejado toda la alabanza que has recibido desde que salió al aire tu película?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: El Buda dijo que si tú sabes que una trampa es una trampa, ésta no te va a atrapar. El Buda está hablando de la presencia mental. Pero la presencia mental es algo que me es extraño, así que, por supuesto, me quedo muy atrapado en los elogios y las críticas. Habiendo dicho esto, mis gurús son muy especiales, y siempre digo que si yo tengo un poquito de cualidad espiritual, es debido a mis maestros. 

No olvidemos que las costumbres y tradiciones que estamos intentando preservar hoy en día, en algún momento fueron modernas y progresivas.

Recuerdo algo que Su Santidad Dilgo Khyentse una vez me dijo. Yo solía ser muy salvaje, y a veces la gente le reportaba mis acciones con la esperanza de que él me regañara y me pusiera en disciplina. Pero en vez de eso, él me decía quién me había acusado y hacía un juego con esto. Él solía decir “No te preocupes. Debes recordar que dondequiera que haya una persona a quien no le gustes o que piense que estás loco, van a haber cien personas a quienes les vas a gustar. Y del mismo modo, dondequiera que haya una persona a la que le gustes, no te debes entusiasmar demasiado, porque habrán cien personas que no te soporten”. Así que el que le gustes o no gustes es completamente irrelevante. 

Kelly Roberts: Hablando de ser salvaje, una vez hablaste en el The Roseanne Show, así como en NPR acerca de visitar clubs de striptease. No entiendo cómo muchas personas podrían ver eso de un modo favorable. ¿Por qué fuiste?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: No tenía ninguna razón profunda. Pero sí muestra que no debes de acudir a mí si estás buscando una inspiración.

Kelly Roberts: ¿Por qué a veces usas hábitos de monje?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: En el budismo hablamos acerca de varias etapas diferentes de degeneración. Había un tiempo degenerado que el Buda llamaba tagtsam zinpey du; el tiempo en el que los hábitos de monje eran mantenidos sólo como una marca o símbolo. Ahí es donde estamos ahora. Tan siquiera estoy tratando de mantenerme en ese símbolo.

Kelly Roberts: ¿Hay algo de lo que te arrepientas con respecto a tu película?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Me arrepiento de muchas cosas, pero creo que voy a tomar esos arrepentimientos como peldaños para avanzar en mi aprendizaje. 

Kelly Roberts: Parece que uno de tus objetivos en la película era desmitificar la idea Occidental del Tíbet y de su cultura. ¿Por qué esto es tan importante?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Las preconcepciones no son muy buenas porque siempre te pierden.  

Kelly Roberts: Así que intentaste mostrar el lado ordinario de la vida monástica y cómo era profundo. 

Dzongsar Khyetse Rinpoche: Haga lo que haga, no tengo una motivación profunda. Sólo quería hacer una película. 

Kelly Roberts: Pero tu película contiene una enseñanza muy profunda.

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Eso depende de la persona que la está viendo. No todos la ven de esa manera. Quizás el éxito fue sólo un accidente. 

Kelly Roberts: Mencionaste que tu siguiente película será la vida del Buda. 

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Sólo si consigo suficiente dinero. 

Kelly Roberts: ¿No son suficientes los recursos que está generando The Cup para hacer otra película?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: No, para nada suficientes. Ni siquiera el 10% de lo que necesito para hacer mi siguiente película. 

Kelly Roberts: Así que la vida del Buda que quieres hacer está en una escala épica. 

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Sí. 

Kelly Roberts: Ya debes de haber dado al menos cien entrevistas. ¿Hay algunas preguntas que te sorprenda que nunca te hagan?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Me sorprende que nadie me haya preguntado si soy gay o no. 

Kelly Roberts: Rinpoche, ¿eres gay?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Tengo una tendencia. 

Kelly Roberts: Si te fueras a hacer a ti mismo una pregunta, ¿cuál sería?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Sólo tengo un gran miedo, eso es todo. No es una pregunta. 

Kelly Roberts: ¿Cuál es tu miedo?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Mientras siga deseando ser exitoso, también tengo el miedo creciente de volverme prisionero de la fama. 

Kelly Roberts: Si pudieras tener cualquier cosa en el mundo, Rinpoche, ¿qué te haría más feliz?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Espiritualmente, sería muy feliz si pudiera ver mis veinte vidas anteriores y mis veinte vidas futuras. Probablemente eso me daría algo de la mente de renuncia. En un nivel ordinario, me pondría muy felíz si pudiera ponerme en orden y terminar las novelas que estoy escribiendo. 

Kelly Roberts: Escuché que apenas ofreciste 100,000 lámparas de mantequilla en la Stupa de Boudhanath en Nepal. ¿Qué te hace más feliz, hacer eso o hacer películas?

Dzongsar Khyentse Rinpoche: Definitivamente puedo decir que soy más feliz ofreciendo lámparas de mantequilla.

Kelly Roberts: Gracias, Rinpoche.

Dzongsar Khyentse Rinpoche: De nada.

ACERCA DE RATNA DAKINI (Traductora)

Ratna Dakini es una yoguini budista tibetana, bailarina, poeta y traductora originaria de México.
Desde el 2013 es alumna de Yongey Mingyur Rinpoche y forma parte de la Comunidad de Meditación de Tergar. Ha publicado dos libros de poesía de dharma; bird yes Sunbird. Actualmente da clases de yoga y comparte poesía y danza a través un boletín electrónico mensual.
Dzongsar Khyentse Rinpoche

Dzongsar Khyentse Rinpoche

Dzongsar Jamyang Khyentse Rinpoche was born in Bhutan in 1961 and was recognized as the second reincarnation of the nineteenth-century master Jamyang Khyentse Wangpo. He has studied with and been empowered by some of the greatest Tibetan masters of this century, notably the late Dilgo Khyentse Rinpoche and the late Dudjom Rinpoche. Dzongsar Khyentse Rinpoche supervises his traditional seat of Dzongsar Monastery in Eastern Tibet, as well as newly established colleges in India and Bhutan. He has also established meditation centers in Australia, North America and the Far East.