Por qué no intenté suicidarme

El maestro zen Brad Warner acerca de la vez que consideró el suicidio -y el tipo distinto de muerte que eligió.

Brad Warner
22 February 2021

Realmente yo no conocía a Tyler, pero muchos de mis amigos sí. Ellos se pusieron muy tristes cuando él se mató el año pasado. 

Eso hizo que algunas personas me preguntaran -no por primera vez- cuál es la perspectiva budista acerca del suicidio. Les di la misma respuesta que doy cuando me preguntan acerca de la perspectiva budista sobre el aborto: Realmente no lo sé. Eso dice mucho acerca del budismo. Imagínate a una persona que ha estudiado y practicado el catolicismo por treinta años aproximadamente, y que no sabe cuál es la postura de la Iglesia ante el suicidio y el aborto. Eso no sucedería porque estos temas son muy relevantes para los católicos. El hecho de que yo no tenga una respuesta lista a la pregunta revela que estos temas no son muy relevantes para los budistas en la tradición zen. 

Los suicidios muy prominentes por auto-inmolación que han sido llevados a cabo por ciertos budistas en Vietnam, el Tíbet y otros lugares ha llevado a algunas personas a la conclución de que el budismo ve el suicidio como un acto noble. Esto no es verdad. Generalmente, el suicidio es algo mal visto por los budistas como algo que debe ser evitado porque tiende a conducir a un renacimiento menos auspicioso. No se cree que uno es condenado al infierno por siempre por haberse matado, en el modo en el que la tradición católica lo considera, pero uno está estableciendo condiciones que harán que el siguiente nacimiento sea más difícil que la vida que uno decide terminar prematuramente. Esto es debido a que el cometer suicidio causa tanto sufrimiento a uno mismo, como sufrimiento a aquellos que conocen y aman a la persona que lo comete. 

Personalmente, tomo todo aquello acerca del renacimiento con cierta libertad no-literal. Incluso si realmente renacemos después de que morimos, ¿cómo puede decir alguien qué tipo de vida siguiente va a tener una persona, sabiendo únicamente el hecho de que la persona se mató a sí misma? Hay mucho más acerca de una vida individual que sólo el modo en el que ésta termina. Para aquellos que creen en el renacimiento, la vida entera de la persona determina cómo él o ella va a renacer, no sólo la última cosa que la persona hace. 

Cuando nos enfrentamos con el suicido de alguien, no ayuda tener vagas especulaciones sobre su renacimiento. Es más bien un modo de evitar la pregunta real: ¿Qué hacemos cuando nos enfrentamos con el hecho de que alguien a quien queríamos se ha matado a sí mismo? Nadie sabe realmente qué hay que hacer o qué decir cuando algo así sucede. Es más importante sólo ser de apoyo. Yo diría que discutir qué tipo de vida probablemente tendrá la persona, no es de apoyo.

Si tú me hubieras preguntado antes de aquel día de primavera de 1992, te hubiera dicho que era absolutamente imposible que yo hiciera cualquiera de las cosas que he hecho a partir de ése día.

Me acerqué precariamente al sucidio un día soleado de la primavera de 1992. Mi vida era una mierda. Estaba viviendo en una casa de punk rock decrépita en Akron, Ohio. Mi novia me había dejado. No tenía dinero, ni habilidades, ni prospectos. Había lanzado cinco discos en un sello indie que había tenido algo de prensa favorable, pero que nunca fue a ninguna parte en términos de ventas. Mis sueños de ganarme la vida como escritor de canciones y músico obviamente nunca se iba a volver realidad. Sentía que todo lo que podía aspirar era a subsistir a duras penas con una existencia exigua en el fangoso Oeste Medio. 

Puse un bonche de cuerda en la cajuela de mi coche y conduje hacia el parque Gorge Metro Park, justo abajo de la calle donde vivía. Mi plan era llevar esa cuerda tan lejos de la gente como pudiera, encontrar un árbol firme y hacer lo cometido. 

Pero cuando salí de mi coche vi unos niños jugando en el campo junto al estacionamiento. Me di cuenta de que no encontraría un lugar lo suficientemente lejos del camino para que no hubiera posibilidad de que me encontrara un niño que hubiera salido a caminar, o una pareja joven buscando un lugar escondido para besarse, o algún hombre viejo con una canasta de picnic y una foto de su difunta esposa. Luego pensé acerca de mi mamá y cuán mal se pondría si yo me matara. Y pensé en Iggy, un amigo que se mató diez años antes, y cómo yo aún no lo superaba del todo. Puse la cuerda de vuelta en la cajuela y me fui a casa. 

Ese día me cambió para siempre. Decidí vivir. Pero también decidí que no estaba amarrado a nada que había sucedido antes de ese día. Decidí que, conceptualmente, me había matado. Ahora podía hacer cualquier cosa -absolutamente cualquier cosa. 

Todas las cosas más grandes que han sucedido en mi vida han sucedido a partir de ese día. Las cosas se han vuelto tan increíbles desde aquel entonces que a veces me pregunto si soy el personaje principal en alguna película existencialista rarísima y que habrá un giro sorpresivo al final en el cual la audiencia se va a dar cuenta que en realidad sí me maté ese día. 

Si tú estás contemplando el suicidio, mi consejo es, vas, mátate. Pero no lo hagas con una cuerda, o una pistola, o un cuchillo, o un puñado de pastillas. No lo hagas destruyendo tu cuerpo. Házlo cortando y terminando con tu vida pasada y yendo en una dirección completamente nueva. Sé que no es fácil. Sé que quizás incluso parezca imposible. Si tú me hubieras preguntado antes de aquel día de primavera en 1992, yo te hubiera dicho que era absolutamente imposible que yo hiciera cualquiera de las cosas que he hecho a partir de ese día. Tomó muchísimo esfuerzo rudo antes de que las cosas empezaran a cambiar incluso sólo un poco. Pero cuando lo hicieron, realmente cambiaron.  

Quizás este lugar no es donde tú estás. Quizás estás atorado tratando de dilucidar cómo responder a la noticia de que alguien a quien querías decidió terminar con su propia vida. Quizás sólo quieres una explicación. Quizás tú sólo quieres que las cosas sean como eran antes. Quizás deseas haber hecho las cosas de un modo diferente, haber dicho algo distinto, haber ido a algún lugar donde pudieras haberlo prevenido. 

No estás solo. Todos los que hemos conocido a alguien que se ha matado a sí mismo tenemos las mismas preguntas y nos hemos cuestionado a nosotros mismos en la misma manera. Pero ten en cuenta que ésos son sólo pensamientos. No significan mucho necesariamente. Al cerebro humano le gusta organizar las cosas. Trata lo mejor que puede de crear sentido acerca de todo lo que se encuentra. Pero algunas cosas simplemente no tienen sentido. No nos gusta esto. Pero es la verdad. 

Es difícil dejar ir este tipo de pensamientos. Pero es la única manera de lidiar con ellos. No llevan a ninguna parte. No ayudan. Dejar ir es más fácil en palabras que en actos. Si tú encuentras que no puedes dejar ir incluso cuando quieres dejar ir, entonces simplemente deja ir el querer dejar ir. Acepta el hecho de que no puedes dejar ir y haz, en su lugar, algo más. Cualquier cosa que hagas probablemente esté bien. Ve una película, sal a caminar, mira los patos, ve a trabajar. Decide vivir, tú puedes hacer cualquier cosa -absolutamente cualquier cosa. 

Por favor nota que la depresión clínica es una condición médica. Este artículo no intenta dar opciones de tratamiento para aquellos que quizás sufran de depresión clínica u otras formas de enfermedad mental. 

If you are in need of help, you can call the National Suicide Prevention Lifeline at 1-800-273-TALK (8255) to access free, 24/7 confidential service for people in suicidal crisis or emotional distress, or those around them. The Lifeline provides support, information, and local resources. You can also text the Crisis Text Line at 741-741 for free 24/7 support with a trained crisis counselor right away.

Si tú necesitas ayuda, busca asistencia psicológica o llama al centro de prevención del suicidio de tu localidad. 

ACERCA DE BRAD WARNER

Un sacerdote zen Soto, Brad Warner es un bajista punk, cineasta, vendedor de películas de monstruos japoneses, y un popular blogger. Es el autor de los libros: Hardcore Zen, Sit Down and Shut Up, y  Zen Wrapped in Karma Dipped in Chocolate.

ACERCA DE RATNA DAKINI (Traductora)

ratna dakini es una yoguini budista tibetana, poeta y traductora originaria de México. Ha publicado dos libros de poesía de dharma, el último titulado Sunbird (2020). Ha traducido para la Comunidad de Meditación de Tergar por Aprox. 6 años, y continúa traduciendo para Tergar, así como para la página en español de Lion’s Roar. Actualmente vive en San Miguel de Allende, donde enseña Yoga, practica danza y prepara un tercer libro de poesía.

Brad Warner

Brad Warner

A Soto Zen priest, Brad Warner is a punk bassist, filmmaker, Japanese-monster-movie-marketer, and popular blogger. He is the author of Hardcore Zen, Sit Down and Shut Up, and Zen Wrapped in Karma Dipped in Chocolate.