Como tantas otras mujeres, yo también utilicé el hashtag #MeToo durante la campaña viral de octubre en las redes sociales. También me gustaría poder volver en el tiempo y ser una hermana mayor y más sabia para mi yo de 22 años. Pero en lugar de eso, ofrezco estas sugerencias a las mujeres (y a las personas de todos los géneros) que se encuentran en una relación sexual secreta con su maestro budista. Porque están ahí afuera, yo lo sé.
- No te aísles. Tanto si crees que la relación es beneficiosa para ti como si no, cuéntale a alguien lo que estás experimentando. Aunque pueda sonar aterrador y realmente difícil de hacer, estarás mejor si cuentas con amistad y apoyo. Busca a alguien de confianza, que sepas que te escucha con atención, y confía en él o ella. No significa que vayas a poner fin a la relación, pero nadie debería pasar por esto solo.
- No entres en pánico si se lo cuentas a la persona equivocada. A veces, la primera persona en la que confiamos no es la adecuada. Notarás si no escuchan profundamente tu experiencia. Notarás si hay una falta de empatía o si intentan decirte cómo deberías sentirte. Notarás si traicionan tu confianza y se lo cuentan a otra persona sin tu permiso. Si se lo contaste a la persona equivocada, respira hondo y acude a otra persona, teniendo en cuenta lo que has aprendido. Puede ser alguien que aún no conoces, como un terapeuta. No renuncies a encontrar un aliado.
- Si tu maestro te ha dado a entender o te ha dicho directamente que debes mantener tu relación en secreto, la respuesta (porque sé lo que te preguntas) es: no, el secretismo no es una buena señal. Al igual que tú, alguna vez mantuve una relación con mi maestro de dharma. Me hizo jurar que guardaría el secreto, algo que me incomodó profundamente. Supuse que él debía saber qué era lo mejor para mí y que yo tenía que hacerle caso. Lo racionalicé. Si estás racionalizando el secretismo, aquí viene un golpe de realidad: la racionalización es una estrategia cuando intuyes que algo va mal. En algún nivel, probablemente sepas que su insistencia en guardar el secreto es una señal de que el maestro no es lo suficientemente fuerte como para ser sincero consigo mismo o con los demás. No te conviertas en víctima por la sombra de tu maestro. Si dice: «Puedes decírselo a la gente, no pasa nada. Pero la sangha y yo sufriremos si lo haces», es exactamente lo mismo.
- El secretismo tiene funciones. Los perpetradores lo utilizan como una forma de aislar y controlar a sus víctimas. Guardar el secreto significa no tener amigos íntimos, una situación en la que ninguna persona debería encontrarse, bajo ninguna circunstancia. Pero esto es exactamente lo que pretende tu maestro. Mientras haya secretismo, el maestro puede evitar la mirada pública y, por tanto, eludir la rendición de cuentas.
El secretismo también es señal, entre otras cosas, de que tu maestro no da prioridad a la relación. Si lo hiciera, todos lo sabrían; se lo estaría contando al mundo. Pero sabe que si te diera prioridad, la relación se volvería negociable y su control se vería comprometido. Tendría que honrar tu plena personalidad y realmente invitarte a estar en su vida. - La negociación es una dinámica saludable en una relación. ¿Negocian todos los aspectos de su relación, incluidos los acuerdos domésticos, los planes a futuro y sus respectivas aspiraciones? ¿Le importa cómo te sientes con respecto a guardar el secreto? ¿Te pregunta sobre lo que necesitas y quieres de la relación? Si la respuesta a estas preguntas es «No», entonces hay un problema. La ausencia de negociación en una relación íntima es un sello distintivo del maltrato. Puede que te digas: «Pero mi práctica es no tener necesidades»; «Estoy aquí para servir»; o «Mi práctica es suprimir mis deseos egoicos». Pregúntate: ¿es ésa también la práctica de tu maestro?
- El silencio perjudica a tu maestro. Durante mucho tiempo creí que, al ser discreta, estaba expresando gratitud a mi maestro. Ahora sé, sin lugar a dudas, que alzar la voz no perjudica en última instancia al maestro. Más bien, el silencio, el secretismo y la pasividad le perjudican a él y también a la comunidad. El propio maestro también es víctima de las estructuras de poder, el aislamiento y la sombra. Él también está en riesgo. Probablemente no es la primera vez que este maestro ofenda, y seguramente tampoco será la última. Si no se rompe este patrón —si no se le da la oportunidad de reconsiderar la rectitud de sus acciones— es probable que continúe con futuras alumnas y alumnos. Alzar la voz ayudará a romper el patrón. El no hacerlo puede dejarle a él y a su comunidad en peligro moral. La retrospectiva siempre cuenta con el panorama completo. Si quieres ver con claridad, imagina que dejas atrás la situación. ¿Qué harías de forma diferente?
- No tienes que temerle. Es difícil admitirlo, pero la mayoría de nosotros les tenemos miedo a nuestros maestros, aún sin mantener una relación sexual con ellos. A medida que nos volvemos más vulnerables en presencia de un maestro, surge el miedo al abandono y al rechazo. Sin embargo, si mantienes una relación sexual con tu maestro, es posible que tu miedo sea mayor, porque es mucho lo que está en riesgo. Por un lado, la decepción obligatoria puede sentirse ya como un lastre de hierro. Por otro lado, se puede tener la sensación de que perder a la pareja significa también perder el dharma, o incluso la vida. Con este doble vínculo, toda acción que desafíe el status quo está cargada de miedo. Aquí tienes un consejo para el futuro: Si tu miedo lucha contra tu impulso de vivir con sinceridad y transparencia, no dejes que gane el miedo. De todos modos, no es sostenible porque la necesidad de que se diga la verdad va a seguir viva, oculta bajo la superficie.
- Tus instintos son confiables. Si estás en una relación malsana, las señales estarán ahí. Aparecerán en tu cuerpo, en tus hormonas del estrés, en sensaciones de malestar. Es posible que hayas pasado muchos años ignorando estas señales, por lo que puede llevarte algún tiempo aprender a escuchar de nuevo a tu cuerpo. Si esos signos están ahí —estrés, ansiedad, miedo, preocupación— cuéntaselo a alguien.
- Perder la relación no significa perder el dharma. Posiblemente sientas que tu vínculo con el dharma está completamente ligado a tu vínculo con este maestro. pero no es así. Por contraintuitivo que parezca, la pérdida de la relación puede desencadenar una comprensión más profunda del dharma. Así ha sido para muchos de nosotros.
Willa Blythe Baker es la fundadora y directora espiritual de Natural Dharma Fellowship en Boston, así como de su centro de retiros, Wonderwell Mountain Refuge, en Springfield, New Hampshire. Es maestra autorizada de la tradición budista tibetana, ha realizado dos retiros de tres años y es autora de The Arts of Contemplative Care, Everyday Dharma y Essence of Ambrosia. Su próximo libro explora la sabiduría natural del cuerpo.
ESTEFANIA DUQUE (TRADUCTORA)
Estefania es licenciada en Lenguas Modernas e Interculturalidad por la Universidad De La Salle Bajío. Creció en la calidez de la comunidad budista de Casa Tibet México y actualmente cursa un Programa de Formación de Traductores de Tibetano en Dharma Sagar, con la aspiración de traducir el Dharma directamente del tibetano al español.