La amistad espiritual es el camino

Cada uno de nosotros, dice David Viafora, puede ser un kalyana mitra, o “amigo espiritual”. Aquí nos dice cómo.

David Viafora14 November 2022
“Borderline personality disorder,” 2018. Drawing by Moonassi.

Un día, Ananda y el Buda estaban sentados solos en un cerro, mirando juntos al valle del Ganges. Habiendo servido como asistente del Buda por muchos años, Ananda a menudo compartía sus reflexiones y sus observaciones profundas con él. Esta tarde, Ananda habló. “Querido y respetado Maestro”, dijo Ananda, “Me parece que la mitad de la vida espiritual es una buena amistad, buena compañía, buena camaradería.” Me imagino que Ananda dijo esto con cierto nivel de confianza por apreciar los méritos de la amistad espiritual. Pero el Buda lo corrigió rápidamente: “¡No es así, Ananda! ¡No es así, Ananda!” Ouch, probablemente Ananda no estaba esperando un regaño tan adusto. Pero el Buda estaba ofreciendo una enseñanza poderosa. Él continuó, “Esta es la vida espiritual completa, Ananda, es esto; buena amistad, buena compañía, buena camaradería. Cuando un monje tiene una buena vida, una buena compañía, un buen camarada, se espera que desarrolle y cultive el noble sendero óctuple”. 

Un kalyana mitra no es sólo cualquier conocido con quien sales a pasear. Un amigo virtuoso es alguien que eleva tu camino a un nivel más alto de ética y de bienestar espiritual. 

Algunas de las enseñanzas del budismo temprano más poderosas resultaron de cuando alguien, a menudo Ananda, sacaron la cabeza no sólo para ser corregidos o regañados por el Buda. En este caso, el Buda quitó hábilmente la idea de Ananda de que la sangha y el dharma están separados. Uno no es la mitad del otro; la sangha no sólo es de ayuda para realizar el camino. La sangha es el camino. La amistad espiritual es el camino. 

La práctica de construir sangha puede ser considerada una larga historia de amistad espiritual. Las comunidades fuertes dependen de las relaciones personales entre sus miembros, como una colcha que está tejida al unir varios hilos y costuras. Al fortalecer cada amistad individual, fortalecemos la tela entera. Para cualquiera que quiera construir una sangha feliz y floreciente, la clave es crecer amadas amistades.

Kalyana Mitra 

En sánscrito, kalyana mitra significa, “amigo espiritual”. Kalyana puede ser traducido como “bueno, verdadero, virtuoso, recto, honesto, o beneficioso”, y mitra es la palabra raíz de maitri, la cual significa bondad. Un kalyana mitra no es sólo un conocido con quien salimos a pasear o vamos al cafecito o de bar en bar. Un kalyana mitra es alguien que te ayuda a realizar tus aspiraciones profundas, alguien quien eleva tu camino a un nivel más arriba de bienestar ético y espiritual. En comparación, la palabra “amistad” viene de la palabra del inglés antiguo freon, que significa “amar”, y freo, que significa “libre”. Así que, en sus raíces, la amistad significa “amar libremente”. Así, ambas palabras apuntan hacia una bondad altruista hacia los demás. 

Muchas personas, al ser presentadas a tantas enseñanzas que alaban la práctica de la meditación y la solitud, piensan que el budismo es una práctica para solitarios. Pero el modo en el que el Buda alentaba la práctica en soledad estaba balanceado con un fuerte énfasis en cultivar amistades valiosas. A lo largo de su carrera de enseñanza, el Buda habló una y otra vez acerca de la importancia crucial del  kalayana mitra para tener éxito en la práctica, afirmando que no hay otro factor tan conducente al surgimiento del óctuple sendero noble como la buena amistad. “Así como el atardecer es antecesor del amanecer, así la buena amistad es la antecesora del surgimiento del óctuple sendero noble”, afirmó el Buda. El “Discurso acerca de la felicidad”, el cual alaba las treinta y dos bendiciones de una vida feliz, comienza con “evitar personas tontas y vivir en la compañía de personas sabias…, esta es la mayor de las felicidades”.

No hay un factor en nuestro ambiente que sea de tanta influencia como las vidas de nuestros amigos más cercanos. El énfasis del Buda en el impacto profundo de la amistad es igualmente captado en el poema de Joseph Rubano, “Amigo por amigo” [“Friend by Friend”]:

¿Quién es mi madre,

Quién es mi padre,

Cuando estoy siendo creado amigo por amigo?

No recuerdo quién era sin ti. 

Sea durante tiempos de crisis o de paz, sea en ocasiones trascendentales o muy sutilmente, dondequiera que vivamos, aquellos alrededor de nosotros están impactando nuestra vida y nuestra consciencia en cada momento. 

El Sistema Solar de la sangha

Mientras vivía en el Monasterio Deer Park en California, una vez escuché a un retirante preguntando a Thay Phap Dung, el abad y uno de los maestros de dharma más antiguos de Thich Nhat Hanh, cómo construir una sangha en su pueblo natal. Phap Dung le respondió;

Lo más importante son las amistades centrales que puedan crear juntos. Eso es todo. Tú practicas todos los días por tu cuenta, y compartes los frutos de tu práctica diaria con los miembros más próximos, aquellos quienes están en el centro de tu grupo –tú sabes quiénes son. Tú les ofreces tu frescura, tu alegría, y tu escucha profunda a ellos, y ayudas a que estas amistades florezcan. No puedes fingir tal cosa; la gente sabrá si la tienes o no. Así que construye esa comunidad central, y cuando la gente venga a tu sangha, aquellas amistades van a irradiar. La gente lo verá, y van a gravitar hacia esa energía. 

Phap Dung hacía una conexión entre la sangha y un sistema solar, en el cual las amistades centrales son el sol brillante en el centro. Esas amistades centrales irradian calor, luz, y una fuerza gravitacional para todos los demás que orbitan alrededor. Algunas personas serán atraídas directamente al centro del sol, irradiando brillo con bondad y afecto. Algunos van a orbitar muy cercanos, como Mercurio y Venus, mientras que otros van a visitar menos regularmente, como Saturno o Neptuno. Incluso otros, como Plutón o el Cometa Halley, quizás visiten la sangha sólo una vez cada mucho tiempo. Pero todos ellos van a sentir la atracción magnética y la nutrición que vienen de la fuerza del sol, su calidez y su luz. 

Cuando visito sanghas, pongo una atención especialmente cercana a la calidad de sus amistades. ¿Las personas se miran unas a otras con ojos de afecto y ligereza? ¿Realmente se miran unos a otros? ¿Pasan tiempo recreativo juntos tras las reuniones oficiales, o se ven en otros momentos de la semana? ¿Cómo hablan unos de otros cuando están juntos, o, aún más importante, cuando no están juntos? Estos son sólo algunos signos de cómo las personas expresan la profundidad de su conexión y armonía. ¿Qué puedes observar en tu propia comunidad? ¿Están manifestando la profundidad de la compañía y la unión que todos desean?

Muchas sanghas aspiran servir a tanta gente como sea posible. Nuestra sociedad consistentemente promueve el mensaje de que ‘entre más grande mejor’, ‘más es superior’ y que el tamaño valida nuestro propio valor. Esta energía habitual de las tallas grandes puede diluir y distraer del propósito y poder más profundo de la sangha. El verdadero poder de una sangha yace en la profundidad de la amistad espiritual y la armonía, más que en su número de seguidores. Las amistades que encarnan la seguridad, la intimidad y la compasión, son exactamente aquello de lo que tiene hambre la gente en todas partes de nuestro herido mundo –son estas amistades lo que necesitamos para sanar. No hay nada malo en crecer nuestra comunidad y compartir las bendiciones de la práctica de meditación con círculos más amplios. Pero, ¿están las raíces de su conexión clavados bien adentro en la tierra de la sangha, y el tronco de su estar juntos es lo suficientemente fuerte para resistir las tormentas? Las raíces profundas de la amistad van a nutrir a la sangha no importa cuán alta y extensa crezca su comunidad en el futuro. 

El arte de la amistad

He sido testigo de sanghas de jóvenes adultos demostrando algunas formas de lo más creativas y sofisticadas para construir amistad. He pasado tiempo, por ejemplo, con Wake Up London, una sangha de jóvenes adultos que combina magistralmente la práctica con el arte del juego, la alegría y el servicio. Después de su práctica de meditación de los sábados, a menudo van por pizza o salen a pasear en el parque St. James con un té y botanitas haciendo picnic entre los árboles. Una o dos veces al año, organizan un concierto de música en donde todos están invitados, así como alentados, a compartir música, poemas, sketches de comedia o cualquier propuesta creativa. Durante la pandemia, un grupo grande de amigos salieron de campamento en la costa por varios días, manteniendo vivas y brillando las llamas de la alegría y la compañía, incluso durante los tiempos difíciles. Muchos de ellos han elegido compartir sus departamentos entre ellos, viviendo en pequeñas casas de sangha, compartiendo todos los dominios de la vida cotidiana. Pasan tiempo juntos no sólo para avanzar en su práctica, ¡sino porque realmente lo disfrutan!

Kareem y Jasmine, una pareja quienes han practicado en esta comunidad por muchos años, recientemente me dijeron con una sonrisa brillante, “¡nuestros amigos de sangha se han vuelto  nuestros mejores amigos!” Frecuentemente hospedan fines de semana de sangha en su casa a las afueras de la ciudad, con algo de tiempo para práctica de meditación así como para caminar por el bosque. Ellos invierten su cuidado el uno en el otro, y eso genera grandes beneficios para la felicidad de la comunidad. 

Los círculos de camaradería tan unidos de Wake Up London han traído a las calles de Londres el legado de Thich Nhat Hanh de una práctica involucrada socialmente. Ellos han organizado numerosos eventos de meditación sentados y caminando en espacios públicos, así como han ofrecido su presencia colectiva compasiva en protestas pacifistas por el ambiente y por causas humanitarias así como Extinction Rebellion. Uno de los fundadores de Wake Up London, Joe Holtaway, compartió, “Creo que nuestro activismo inspirado en Plum Village, nos ha unido en acción”.

Tener intercambios profundos a través de la meditación y los círculos de dharma es importante, sin embargo esa es sólo una dimensión del proceso de construir amistad. Para ver la esfera completa del mundo de alguien se requieren de diferentes tipos de conversaciones, proyectos comprometidos con la sociedad, y también pasar simplemente un buen rato juntos. Especialmente después de incursionar en la meditación juntos, la atmósfera es propicia para conexiones significativas y servicio gozoso. 

Los cuatro tipos de buenos amigos

La pandemia nos ha proveído a muchos de nosotros con mucho tiempo, hambre y motivación para valorar la calidad de nuestras amistades más cercanas. Los tiempos de aislamiento, soledad y hambre de conexión son oportunidades para reflexionar en la capacidad que tenemos de ser amigos de otros. El modo más seguro de hacer buenos amigos es fortalecer nuestro propio don de la amistad. Puede resultar muy fácil para mí el culpar a otros o sentirme dependiente de la voluntad del otro para buscarme. Pero si realmente quiero crecer la amistad, entonces es crucial para mí examinar qué estoy ofreciendo. He escuchado a Thich Nhat Hanh compartir con nosotros innumerables veces –pero especialmente cuando ha surgido un conflicto en la sangha– “La hermandad siempre empieza con uno mismo”. Hoy en día, nos gusta decir, “La sororidad siempre empieza con una misma” para incluir a aquellas de diversas identidades de géneros. Shel Silverstein también captura esta verdad bellamente con una sabiduría como de niño:

¿Cuántas rebanadas hay en un pan?

Depende de cuán delgadas las cortes.

¿Cuánto de bueno hay en un día?

Depende de cuán bueno lo vivas.

¿Cuánto amor hay en un amigo?

Depende de cuánto le das. 

¿Cómo puede uno cultivar ése espíritu de amistad? En sus enseñanzas a un jóven laico en el Sutra Sigalaka, el Buda nombró rasgos específicos de un amigo valioso, rasgos que uno puede cultivar como práctica. A medida que lees acerca de estos cuatro tipos de compañeros, cada uno con cualidades valiosas, considera qué cualidades ves en ti y cuáles te sientes llamado a desarrollar más. 

Primero está lo que el Buda llama el “amigo ayudador”. Este amigo “te protege cuando estás distraído”, “cuida de tus propiedades cuando estás olvidadizo”, es un “refugio cuando estás asustado” y “cuando surge una necesidad, te da el doble de la riqueza que requerías”. ¡Vaya que si éste es un amigo! ¿Alguna vez le has dado a alguien el doble de lo que te pidió, o que ni siquiera te pidió? Este compañero generoso ayuda a aquellos alrededor de él a sentirse seguros y protegidos, lo cual es un estado esencial para nuestro bienestar y para nuestra sanación y transformación personal. 

El estar intentando expandirse puede distraer del propósito más profundo de la sangha. El verdadero poder de una sangha yace en la profundidad de su amistad espiritual y armonía, más que en su número de seguidores.

Segundo es el “amigo quien comparte las alegrías y sufrimientos de uno”. Este tipo de amigo “revela sus secretos hacia ti” pero “guarda tus secretos”. Ellos “no te abandonarían cuando te encuentras en problemas”; más bien “incluso sacrificarían su vida por ti”. Este amigo parece sacado de una película de drama y acción, donde el heroísmo de la confianza y la amistad prevalecen. Estas compañías fieles son muy necesitadas en nuestro mundo tan tumultuoso y traumatizado. 

El tercero es el “amigo quien señala lo que es bueno”. Este es un amigo sabio quien “te desalienta a hacer acciones malas o dañinas”; en vez, él “te invita a hacer cosas buenas”. Él “te informa de aquello que no has oído” y “te señala el camino del amor y la compasión”. Estos amigos quizás primero aparezcan como santos, ayudándonos a caminar el alto sendero de la compasión y el servicio. Pero, de hecho, son personas reales como tú y como yo quienes están ayudando a traer el dharma a la vida. Quizás sean tu mentor, tu maestro, o cualquier amigo cuya integridad ética ilumina tu camino y tu entendimiento de las acciones virtuosas. 

El último es el “amigo solidario” [o “amigo empático”]. Este amado amigo “no se regocija en tu desventura”, sino más bien “se regocija en tu buena fortuna”. Ella “Detiene a aquellos que hablan mal de ti” y “alienta a aquellos quienes hablan bien de ti”. Este amigo encarna la confianza y la empatía ya sea que estés físicamente presente o no. Es realmente un aliado precioso cuando vivimos en una comunidad donde las relaciones interpersonales presentan retos y el conflicto ocurre a menudo. Muchas veces he atestiguado miembros de una comunidad hablando pobremente acerca de otros en su ausencia, sin habilidad tratan de aliviarse de su enojo, resentimiento o celos. Este hábito es uno de las fuentes más pervasivas de corrosión espiritual en una comunidad. Entonces, tener un amigo confiable quien no habla pobremente de los demás, incluso entre el criticismo de los demás, es tan valioso para la sangha como pepitas de oro en tu mano. 

Los amigos quienes encarnan todas estas dieciséis cualidades son como joyas raras encontradas en las cima de la montaña. Si te encuentras una, ¡manténla cerca! Incluso si tienes sólo una amiga o amigo quien encarna una de estas cualidades, esto ya es una gran bendición. De los cuatro tipos de buenos amigos que están señalados anteriormente, ¿a cuál te sientes más atraído para establecer una amistad? ¿Y cuál de estos tipos de amigos tú aspiras encarnar?

Práctica del segundo cuerpo

Hace unas décadas en Plum Village, Thich Nhat Hanh inventó una práctica para construir sangha, llamada: sistema del “segundo cuerpo”. Sea que vivas en un monasterio, que residas en una comunidad laica o que practiques regularmente en una sangha local, la práctica del segundo cuerpo es una de las más fáciles y más poderosas formas para fortalecer las relaciones en tu comunidad y ayudar a todos a sentirse más conectados a la sangha misma. 

Hace muchos años, cuando era un novicio en Plum Village, me enfermé y necesitaba quedarme en mi cuarto por varios días, aparte del resto de la sangha. Me estaba sintiendo muy solo y lejano a la comunidad, así que fue una sorpresa total y una alegría cuando mi segundo cuerpo me trajo una avena caliente y fruta a mi cuarto. Yo me dormí durante la hora del desayuno y cuando desperté encontré el cuidadoso regalo en mi mesita. Cada comida después de esto, tres veces al día como un relojito, mi segundo cuerpo venía con un tazón de sopa caliente, o un plato de vegetales cocidos y arroz, y, más importante aún, ¡su cariñosa presencia! A menudo él se quedaba a comer conmigo, disfrutando la comida simple en silencio como si estuviera sentado junto con la sangha completa. Los dos mirábamos por las puertas de vidrio hacia el bosque frondoso de afuera, contentos con la presencia del otro y sin palabras. Dado que yo estaba solo todo el día, su presencia me ayudó a sentirme visto, atendido y amado. Incluso cuando él era el único que venía a visitarme, era como el embajador de toda la sangha, ayudándome a sentir pertenencia.

A lo largo de la pandemia, cuando tanta gente se ha sentido aislada y ha padecido hambre de conexión humana, la práctica del segundo cuerpo ha ayudado a conectar a cada miembro de nuestra sangha a la sangha completa. En esta práctica, cada quien mira primero por sí mismo; nos cuidamos y atendemos a nosotros mismos como nuestro primer cuerpo. Luego, a aquellos que desean participar se les asigna a alguien más como su segundo cuerpo –una amistad cuidadosa e intencional por un periodo de tiempo. Cada participante tiene ambos, alguien a quien cuidar y alguien que cuida de ellos. Así, la sangha completa está unida en una cadena circular de amistades intencionales. 

Nos aproximamos a esta práctica con ligereza. No estamos tratando de ser el gurú o el terapeuta de alguien más. Simplemente estamos manteniendo las amistades vivas y creciendo el círculo de nuestra comunidad. Una de las intenciones de esta práctica es sacarnos de nuestras fuerzas habituales de interés propio, de estar ocupados, y de aislarnos de los demás. Gentilmente, esta práctica nos lleva a un espíritu de mayor apertura y conexión. El enfocarnos en nuestro segundo cuerpo cada semana extiende nuestra atención hacia afuera; estimula a todos a expandirse más allá de sus conexiones típicas y más frecuentes. Esta práctica es poderosa para toda la comunidad, dado que no necesitas mejorar tus relaciones con todos para que florezcan las amistades a lo largo de la sangha. Cuando cuidas de una persona, cuidas de todos. 

En la comunidad MorningSun Community en New Hampshire, empezamos nuestra práctica de segundo cuerpo el verano pasado, durante la pandemia. Fue maravilloso ver a la gente darse permiso y estímulo para tener momentos de diversión con personas con quienes normalmente no pasarían tiempo uno a uno. Por ejemplo, Joaquín acompañó a Mary Beth en una aventura de 16 km en bici alrededor del lago Warren durante su típico paseo semanal. Candace, de quien yo era su segundo cuerpo, me invitó a plantar semillas de jitomates y camotes durante las tardes de los sábados. Yo consentí a Fern, mi segundo cuerpo, con algo de chocolate obscuro y té durante mi receso del lunch. Esto estimuló una gran conversación, mientras que Fern compartió acerca del nuevo interés de su familia por jugar Dungeons and Dragons juntos. Sin nuestra práctica de segundo cuerpo, nunca hubiera aprendido (o soñado) que Fern, nuestra maestra de dharma senior y ex-monja, disfruta Dungeons and Dragons tanto.

Muchos meses después, se nos asignó un segundo cuerpo diferente. Invité a Aurora, mi nuevo segundo cuerpo, a ir a caminar y tomar un té juntos. Ella me contestó, “No gracias, ¿pero qué te parecería ir a correr juntos?” ¡Se me salió un gemido, dándome cuenta de que se me había emparejado con una corredora de ultramaratón! Había pasado ya algo de tiempo desde que yo corría regularmente, pero todo eso cambió con mi segundo cuerpo. Ella estaba entrenando para un multi-maratón ese mes, así que empecé a correr junto con ella tanto como pude algunas veces por semana. En vez de una tarea obligada, correr con Aurora por incluso una fracción de sus aventuras épicas, se volvió algo muy divertido. Después de varias semanas, yo pude correr con ella por dos horas y media en un día –nunca me hubiera vuelto tan fuerte tan rápidamente sin mi segundo cuerpo. Pero más importante aún, nuestra amistad se volvió más fuerte que nunca. 

No necesitas mejorar tus relaciones con todos para que las amistades florezcan en la sangha. Cuando cuidas de una persona, estás cuidando de todos. 

Nuestra sangha de MorningSun encontró que es de beneficio tener al menos una mínima cantidad de tiempo cada mes en el que todos están de acuerdo en pasar con su segundo cuerpo. Nosotros decidimos que pasar alrededor de 30 minutos cada semana, o una hora cada dos semanas, es razonable. A veces la relación con el segundo cuerpo se conecta muy fácilmente, y en otros momentos realmente no hacen clic. Las relaciones siempre están moviéndose y cambiando, y uno nunca sabe cómo va a ser el pasar tiempo con una persona aleatoria de la sangha. Pero eso es parte de la diversión y la ventaja del crecimiento. También es de beneficio tener clara una fecha de conclusión, para que la gente pueda hacer un cierre. Saber una fecha de finalización mantiene  viva la impermanencia de las relaciones, de tal modo que el tiempo no pase sin una experiencia significativa juntos. 

Está en las manos de cada pareja de segundo cuerpo el cómo desean conectarse. Además del compromiso de media hora semanal, las personas quizás quieran ofrecer otras formas de amistad, así como regalarse flores para alegrar su día, darse cartas con apreciaciones genuinas, o simplemente reunirse a meditar juntos. Lo más importante es ser creativo y hacer de ésta práctica tu propia práctica. De un modo similar, cada sangha puede escoger cómo implementar esta práctica de un modo único basado en sus propias necesidades. Es un experimento robusto para construir amistades en el corazón de tu comunidad. Nadie lo va a hacer perfectamente, y la gente necesariamente va a cometer errores. Pero ve lo que puedes aprender de otros, ofrece los frutos de tu práctica diaria al otro, y mira cómo la sangha florece con esta polinización cruzada sucediendo frente a tus propios ojos. 

Si fuera fácil tener éxito en el camino sin guía, compasión y la alegría de buenos amigos, entonces las kalayana mitras no serían tan preciosas. Caminar el camino solo puede ser confuso, solitario y volverse un camino difícil. Viajar con amigos que no son buenos es como navegar por el océano con tu ancla arrastrando en el suelo –no importa en qué dirección trates de ir, siempre estás siendo jalado hacia atrás. 

Las buenas amistades son como rayos de un amanecer de primavera regando calor y luz sobre el suelo congelado del bosque. Cada parte del bosque es llevada a la vida por el brillo y la vitalidad de estos rayos matinales. La práctica de un kalayana mitra es aprender a inspirar nueva vida en cada relación, empezando con nosotros mismos y luego expandiéndonos a nuestras relaciones más cercanas, y más allá de ellas. Cada uno de nosotros tiene un kalayana mitra adentro, listo para avanzar. Podemos empezar cultivando sólo una cualidad de la buena amistad con la persona que está frente a nosotros, así, en este momento. Podemos empezar justo ahora. 

ACERCA DE DAVID VIAFORA

David Viafora, ex-monje en la tradición de Plum Village, fue introducido a las enseñanzas de Thich Nhat Hanh cuando, siendo un estudiante universitario pobre, alguien le regaló unas entradas gratuitas para una enseñanza pública. Él pasó un año visitando y estudiando sanghas alrededor del mundo –el resultado es su libro que está por salir al público Conscious Communities: The Transformative Power of Sangha, que estará disponible en el 2023. Actualmente David vive en MorningSun Community en New Hampshire. 

ACERCA DE KHANDRO (TRADUCTORA)
thubten khandro es una yoguini budista tibetana, bailarina, poeta y traductora originaria de México. Desde el 2013 es alumna de Yongey Mingyur Rinpoche y forma parte de la Comunidad de Meditación de Tergar. Ha publicado dos libros de poesía de dharma; bird yes y Sunbird. Actualmente da clases de yoga y comparte poesía y danza a través un boletín electrónico mensual.

David Viafora

David Viafora, a former monk in the Plum Village tradition, was introduced to Thich Nhat Hanh’s teachings as a poor college student, when someone gave him free tickets to a public lecture. He spent a year visiting and studying sanghas around the world — the result is his forthcoming book, Conscious Communities: The Transformative Power of Sangha, available in 2023. He now lives at MorningSun Community in New Hampshire.