Presencia mental (Mindfulness) y el Óctuple Sendero de Buda

Para entender cómo practicar la presencia mental (o mindfulness) en la vida diaria, dice Gaylon Ferguson, tenemos que mirar a los ocho pasos del Óctuple Sendero de Buda.

Gaylon Ferguson
11 January 2021

En su primera enseñanza en El Parque de los Venados, Buda alabó la presencia mental: “El Óctuple Sendero Noble está nutrido por el vivir con presencia mental”.

Desde el principio, el camino del despertar incluye todos los aspectos de la vida humana: físico, emocional, mental, espiritual y social. El objetivo es una vida con presencia mental. Esto significa que nuestra relación con nuestra sexualidad y nuestro sistema económico consumista, nuestro modo de ser padres, y nuestras políticas son todas partes del camino.

Este enfoque para vivir plenamente se describe en el camino óctuple. “Correcta presencia mental” es un aspecto de este camino, junto con la visión correcta, la intención correcta, el esfuerzo correcto, el compromiso meditativo correcto, el habla correcta, el sustento correcto y la acción correcta. La palabra sánscrita samyak -a menudo traducida como “correcto” o “perfecto”- también puede significar “completo”.  Involucrar la presencia mental o atención plena conduce al compromiso total con la vida.

Vamos a ver estos aspectos del camino espiritual budista, regresando la presencia mental al lugar que le corresponde entre sus siete menos famosos, pero igualmente importantes hermanas y hermanos.

Visión correcta

La visión central de las enseñanzas de Buda es un camino medio, en el cual evitamos los extremos de un ascetismo agresivo (ser severo con uno mismo y con otros) y el dejar hacer de la indulgencia (pereza espiritual). Nos acercamos a toda nuestra experiencia con un respeto y cordialidad básica. En el contexto de la práctica de meditación, esto significa gentilmente poner nuestra atención en nuestros cuerpos y mentes de un modo “no demasiado fuerte, no demasiado suave”. Sin esta visión de un amor bondadoso fundamental, no hay meditación en presencia mental. Practicar la presencia mental sólo como una gimnasia mental nos deja sintiéndonos aún más agotados.

La experiencia es el corazón del asunto, pero primero necesitamos entender qué estamos haciendo, por qué lo estamos haciendo, y cómo la presencia mental se relaciona con el resto de nuestras vidas.

En una cultura en donde “Just do it” (sólo hazlo) tiene ahora casi la familiaridad de un mantra, saltar hacia una práctica de presencia mental sin primero contemplar la visión parece una opción atractiva. ¿Por qué estudiar las enseñanzas clásicas de meditación cuando el punto principal es practicar? ¿No es justamente el punto el no pensar mucho acerca de esto? Pero Buda sabiamente sugirió el estudio y la contemplación como soportes para cualquier práctica. Sí, la experiencia es el corazón del asunto, pero primero necesitamos entender qué estamos haciendo, porqué lo estamos haciendo y cómo la presencia mental se relaciona con el resto de nuestras vidas.

Intención correcta

¿Por qué nos estamos dedicando a la presencia mental? Contemplar nuestra intención al principio de cada sesión despierta nuestra motivación. Nuestro objetivo a veces es calma o paz, estabilidad o un corazón más compasivo, o todos los anteriores. El punto es que ya entramos a la sesión con cierto sentido de propósito o dirección. Toma un momento para reflexionar en ti mismo, y sin juicio, mantente en consciencia de sí antes de precipitarte. Este gesto de auto-respeto puede cortar, gentilmente, con el momento súbito de nuestra velocidad neurótica acumulada. 

El reconocer la motivación que ya tenemos puede ser un primer paso en un viaje que está expandiéndose. El estrés y la ansiedad que a veces sentimos seguramente son compartidos por otros alrededor nuestro -en nuestras familias, nuestros lugares de trabajo, nuestras comunidades. Incluir un sentido de practicar para su bienestar y liberación se le llama “la gran motivación”. Estamos andando un camino de despertar que incluye el ser generosos y cuidadosos, pacientes y ser de ayuda. Esta expansividad de nuestra intención trae espaciosidad y calidez a nuestra práctica de sentarnos, permitiendo que esas cualidades del corazón permeen nuestra vida diaria con otros. 

Esfuerzo correcto

El esfuerzo también tiene una frase asociada en nuestra cultura contemporánea: “Sin dolor, no hay ganancia”. Si no tratamos y tratamos de nuevo, y tratamos más fuerte, como se nos ha dicho, no se puede lograr un resultado.

Esto puede guiar a una aproximación unilateral al esfuerzo, dado que la instrucción de Buda sobre la meditación fue el poner la atención “no demasiado fuerte, no demasiado suave”. Podemos encontrarnos practicando con hipervigilancia, como participantes deseosos en el nuevo deporte espiritual llamado Esfuerzo Extremo. Los meditadores pueden desarrollar una rigidez habitual en vez de cultivar la espaciosidad relajada del corazón y la mente que originalmente nos inspiraron hacia el despertar.

Mi primer maestro budista, Chögyam Trungpa Rinpoche, habló del no-esfuerzo como una pareja valiosa al esfuerzo: “Esfuerzo, no-esfuerzo y esfuerzo, no-esfuerzo- es hermoso”.

La presencia mental es una capacidad innata, presente en todos los seres sintientes.

Sí, es importante aplicarnos, dedicarnos de lleno en una vida con presencia mental. Pero es igualmente importante liberar nuestra acción de intentar y confiar en que nuestra presencia mental innata va a brillar a través de nosotros. Todas las tradiciones budistas de despertar natural, bondad original, o naturaleza búdica están basadas en este sentido de sabiduría no nata, no producida por la meditación o por caminar el sendero. Esta es la práctica de cordura básica a través de lo que se refiere como “sólo sentarse” o “no-meditación” o “perfección primordial perfecta”. Como el maestro zen pionero Shunryu Suzuki Roshi lo enunció: “El punto que enfatizamos es una confianza fuerte en nuestra naturaleza original”.

En esta visión, la presencia mental no es un logro especial o un evento extraordinario en el viaje de nuestra vida. La presencia mental es una capacidad innata, presente en todos los seres sintientes. Caminando el sendero, estamos gentilmente cultivando nuestra propia naturaleza, permitiendo que las semillas de nuestro potencial florezcan. Desde esta perspectiva, el despertar es tan natural como la puesta del sol. Estamos invitados a empezar cada sesión sintiendo esta cualidad de despertar natural -y regresar a esta apertura original una y otra vez durante la práctica y la vida diaria.

Compromiso meditativo correcto

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Gaylon Ferguson. Photo by Naropa University / Claudia Lopez.

La palabra sánscrita samadhi se traduce a menudo como “absorción meditativa”, pero esto puede sugerir que estamos tan absortos en algo (así como una pieza musical favorita) que nos olvidamos de todo lo que pasa alrededor de nosotros.

Si dedicamos nuestros cuerpos, mentes, respiración y emociones de lleno en la práctica de la presencia mental, por otra parte, esa misma cualidad de conexión espaciosa puede continuar cuando nos levantamos tras la meditación. La presencia mental va mano a mano con el notar el ambiente alrededor de tu cuerpo, alrededor de tu respiración, alrededor de nuestro pensamiento y emociones. Escuchamos lo que dice nuestra pareja en vez de responder mentalmente con los momentos tensos de nuestro día en el trabajo. Notamos el vaivén de los árboles con el viento, así como notamos el movimiento de nuestras piernas durante la meditación caminando. Así de directo, así de inclusivo.

Habla correcta

De la escucha correcta puede surgir el habla conciente. Aquí el no-esfuerzo puede proveer otro consejo útil: dar pausas en nuestra habla permite un diálogo genuino. Un resultado natural de la presencia mental es el hacer más despacio el momentum impulsivo de decir una cosa tras otra. La comunicación conciente es la base de las comunidades concientes.

El habla distraída es el habla que causa daño a través de chismes, calumnias, mentiras y engaños. El resultado de tal habla -así como cuando los políticos juegan con nuestros miedos para incitar el odio- es una sociedad dividida; nos sentimos más desconectados uno de otro. El habla conciente está actuando para sanar las heridas de la sociedad.

Sustento correcto

La presencia mental trae una sensación de bienestar, una riqueza interna que compartimos con otros en nuestro trabajo en un kinder o un hospicio, en oficinas corporativas o un banco. El sentido ordinario de “sustento” lo conecta con la supervivencia -el modo en el que ganamos dinero para vivir. El sustento correcto sube nuestra mirada más arriba de un mero mecanismo de sobrevivencia. Nuestro trabajo es el modo en el que contribuimos al bien común. Nuestro modus vivendi es nuestra ofrenda, un acto de generosidad. Estamos llamados -el significado raíz de “vocación” -a servir e inspirar, a propagar la salud y la cordura en miles de formas.

Acción correcta

La meditación en acción es la expresión natural de la presencia mental. Estos pasos en el camino del despertar nos recuerdan que la prueba de nuestra práctica está en el meollo de la vida diaria. El propósito entero de este entrenamiento, como ha sido dicho, es que se manifieste. Sentarse quieto e irradiar compasión son unos primeros pasos útiles, pero ahora el viejo lema renace en medio de la necesidad urgente de actividad compasiva para enfrentar los retos del cambio climático, la creciente inequidad social, y las sociedades que se están desintegrando a raíz del miedo: “No sólo te sientes ahí, ¡haz algo!”.

Vamos a concluir ahora nuestra caminata contemplativa regresando a donde empezamos: Buda. La práctica de meditación en presencia mental y la enseñanza del Óctuple Sendero han sido dadas hasta nosotros en linajes humanos de transmisión que empezaron con El Despierto. Así, Buda se levanta como el ancestro original así como la encarnación del principio del maestro. Los maestros humanos vivos -a veces llamados “amigos espirituales”  -nos recuerdan de la necesaria cualidad expansiva del caminar el sendero. Todos tenemos puntos ciegos habituales, así que, de vez en cuando nos contraemos en nuestras propias versiones estrechas del camino del despertar. Los amigos espirituales nos alientan, nos provocan y nos retan para dedicarnos a la presencia mental como un paso hacia una vida completamente despierta.

ACERCA DE GAYLON FERGUSON

Gaylon Ferguson es un acharya (maestro senior) en la comunidad de Shambhala Buddhist community. Tiene un doctorado en antropología cultural de Stanford y es un miembro de la facultad de estudios religiosos y en estudios interdisciplinarios en Naropa University. Es el autor de Wakefulness: Discovering the Wisdom We Were Born With.

ACERCA DE RATNA DAKINI (Traductora)

ratna dakini es una yoguini budista tibetana, poeta y traductora originaria de México. Ha publicado dos libros de poesía de dharma, el último titulado Sunbird (2020). Ha traducido para la Comunidad de Meditación de Tergar por Aprox. 6 años, y continúa traduciendo para Tergar, así como para la página en español de Lion’s Roar. Actualmente vive en San Miguel de Allende, donde enseña Yoga, practica danza y prepara un tercer libro de poesía.

Gaylon Ferguson

Gaylon Ferguson, PhD, was core faculty in Religious and Interdisciplinary Studies for fifteen years at Naropa University. He has led mindfulness retreats since 1976 and is the author of Welcoming Beginner’s Mind (2024), Natural Wakefulness, and Natural Bravery.